Educando sin premios ni castigos: un desafío real
Educación¿Te has preguntado alguna vez si es posible educar sin recurrir a premios o castigos? Seguro que has escuchado opiniones encontradas al respecto. Algunos aseguran que es una utopía, mientras que otros defienden fervientemente que sí es posible. Pero, ¿cuál es la verdad detrás de esta cuestión?
Como bien dijo el psicólogo Alberto Soler, educar sin chantajes ni amenazas suena ideal en teoría, pero en la práctica puede ser un desafío. Y es que, al final del día, ¿Cómo logramos fomentar conductas positivas en nuestr@s hij@s, estudiantes o en quienes queramos influir, sin recurrir a los tradicionales premios y castigos?
Aquí entra en juego un concepto clave: los malos reforzadores. Los premios y castigos, a corto plazo, pueden parecer efectivos para modificar conductas. Sin embargo, ¿Qué sucede a medio y largo plazo? Estudios y la experiencia clínica nos muestran que, lejos de mejorar las conductas, estos métodos pueden perjudicar el vínculo afectivo y la confianza entre las partes involucradas.
Por un lado, el castigo suele estar asociado con emociones desagradables, lo que puede desencadenar una espiral de comportamientos indeseados. Por otro lado, los premios pueden interferir con la motivación intrínseca, esa fuerza natural que nos impulsa a hacer las cosas simplemente porque nos gusta o nos satisfacen.
Entonces, ¿Cómo educar de manera efectiva sin recurrir a estos métodos? Aquí es donde entra en juego la reflexión y la creatividad. No se trata de eliminar por completo los premios o castigos, sino de repensar cómo y cuándo utilizarlos. Los premios, por ejemplo, pueden ser herramientas poderosas si se utilizan de manera estratégica y justa, siempre acompañados de un razonamiento que los respalde. Hay cuatro principios que pueden ayudar a medir, si o no:
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- Respetosos
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- Razonados
En el programa de apoyo socioeducativo de la ONG OpenMotivation, trabajamos desde este enfoque reflexivo y constructivo. Reconocemos los desafíos que enfrentan padres, educadores y cualquier persona involucrada en el proceso de crianza y educación, y buscamos ofrecer herramientas y recursos que promuevan un ambiente de aprendizaje positivo y respetuoso.
Al final del día, educar sin premios ni castigos puede no ser una tarea fácil, pero tampoco es imposible. Requiere un cambio de mentalidad, un compromiso con el crecimiento personal y una dosis saludable de paciencia y creatividad. Así que, la próxima vez que te encuentres en una situación educativa, recuerda que siempre hay alternativas a los métodos tradicionales. Lo que es seguro es que se puede educar sin chantajes ni amenazas.
Jorge Jiménez Cañas
Aspiro a participar en el cambio social global mediante el empoderamiento de las personas vulnerables, através de las instituciones públicas y/u ONG cuyo ámbito sea la cooperación internacional para el desarrollo y la ayuda humanitaria.
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