Hagamos un pequeño ejercicio de estos de “mindfulness” que se ha puesto de moda… Cierra los ojos; ahora, imagínate que estás en tu clase de siempre y llega la hora de tutoría con tu profe. Hoy toca hablar de la alimentación saludable y el profe, para introduciros un poco en la materia, os lanza una pregunta: “¿cuántos de aquí sabéis cocinar más de dos platos?”; Seguramente, la mayoría de tus compañeros/as levantasen la mano segurísimos y tranquilos. Ahora, el/la profe os lanza una segunda pregunta: “y de los que sabéis cocinar más de dos platos, ¿sabéis cuántos de ellos cumplen los requisitos para seguir una dieta saludable y responsable con el planeta? y ¿cuántos de esos ingredientes son procesados o ultraprocesados?”; Lo más seguro es que, ante esas preguntas, tus compañeros/as y tú os quedéis con cara de “poker face” mientras de fondo suenan unos grillos acompañando el silencio. ¡Y es de lo más normal! En la escuela aprendemos toda una variedad de datos e información, incluso podríamos considerarnos expertas/os en importantes procesos vinculados con el ciclo del agua o el proceso de fotosíntesis. Sin embargo, dedicamos poco tiempo a aprender sobre una de las tareas más cotidianas, repetitivas y deliciosas de nuestro día a día: el comer. Si bien somos capaces de detallar minuciosamente qué le pasa a una partícula de agua desde que se evapora en una laguna hasta que cae en modo de precipitación y vuelve al mar, el bibliotecario de nuestra mente no encuentra la misma info si lo llevamos al terreno de nuestra comida: ¿Cómo se transforma ese bancal de zanahorias en el puré envasado que compramos en el súper? y esas zanahorias, ¿de qué zona del mundo proceden? Cri, cri…

Como ya vamos viendo, el tema de la alimentación es, y nunca mejor dicho, todo un “berenjenal”, sobre todo si intentamos abordarlo solas. Pero por suerte, existen un montón de compañeras/os dispuestas a arrojar luz sobre las distintas dimensiones socioculturales de esta cotidiana tarea. Desde organizaciones como Ecologistas en Acción o Justicia Alimentaria, hasta nutricionistas como Lucía Martínez Argüelles, donde en sus maravillosos libros nos explica de manera muy entretenida qué es eso del “vegetarianismo” y qué bases nutricionales lo sustentan. Aunque a veces, la mejor info no está en los libros, sino en tu experiencia más cercana. Te invito a acudir a la olvidada zona de tu casa llamada “cocina” y preguntar a tu abuela o a tu madre: “¿qué haces?”.

Viendo todo lo anterior, mi intención de aquí en adelante será abordar aspectos esenciales de la alimentación para que, como el propio movimiento de “Soberanía Alimentaria” sostiene, seamos capaces de saber elegir cómo comer “saludablemente” y en coherencia y armonía con las necesidades de los límites biofísicos de nuestro planeta, los cuales, no nos vamos a engañar, han sido peligrosamente traspasados por nuestras costumbres y caprichos alimentarios.

Y así, en nuestra travesía por descubrir los secretos de una alimentación consciente y sostenible, nos embarcamos en nuestro proyecto de apoyo educativo en Open Motivation. Nos comprometemos a sumergirnos en la maravillosa complejidad de la alimentación saludable junto a jóvenes participantes. A través de talleres interactivos, charlas estimulantes y experiencias prácticas, exploraremos juntas un mundo de opciones nutritivas y respetuosas con nuestro entorno. Reconocemos que la merienda no es solo un momento de placer, sino también una palanca de cambio en nuestra relación con la comida.